3.5 Ormuz (Parte 1)

(29.04.1617 – 12.10.1617)


El mapa de la isla de Ormuz (s. XVIII)

La isla de Ormuz [está] en el Seno Pérsico, doze leguas dentro de la boca de su estrecho, á quien los arabes llaman Gerun; corresponde su mayor largura Sueste Noroeste; es triquetra ó triangular; su mayor lado, que por la mayor parte mira á Les Nordeste, viene desde la ermita de Nuestra Señora de la Esperanza hasta el ángulo ó punta á donde está situada la fortaleza, que es la parte mas cercana á la tierra firme, por distancia poco mas ó menos de una legua, donde estaua la fortaleza de Comoranen. El otro lado corre de la mesma ermita nonbrada de Sueste por Sur, Mediodia y Sudueste hasta la punta ó ángulo de Caru; de aqui por Oes Sudueste y Oeste сierra la basa de este triangulo su menor lado desde Caru á la dicha fortaleza. De las otras partes de la tierra firme del Mogostan, que generalmente llaman de Persia, dista dos leguas y menos por algunas partes. La costa de toda esta isla, que bojará poco mas de tres leguas, no tiene la aspereza de lo marítimo de Arabia, de cuya cerrania podia comunicársele; pero lo interior y mediterráneo della está ocupado con altas sierras de color rojas y blancas, las quales por la mayor parte son de muy fina sal.
Es de todo punto estéril esta pequeña isleta sin tener mas de á trechos algunos pocos arboles, que aunque infructiferos, fuera de alguna palma y una frutilla que producen unas matas de espinos, son frondosos y verdes, siruiendo de sonbra. Otras matas mas propiamente que arboles ay que aunque tienen alguna hoja es muy menuda y áspera, y ansi todas estas matas, que algunas son grandes y de gruesos troncos, llenas de espinos, son tristissimas á la vista, tanbien como las pocas yeruas que su seco y estéril suelo produze. Por las vertientes que miran á Leste, tanbien como por las del Sur, corren de estas sierras algunos pequeños arroyuelos de agua que aunque muy clara es toda ella de sal, y ansi por sus orillas ay grandes montones della muy blanca y fina, quedando por el estío los mas destos arroyos secos y mostrando la sal quajada la señal de su corriente.
En lo mas alto y cunbre de estas sierras ay una ermita cuya aduocacion es Nuestra Señora de la Peña, y como por la mayor parte sea esta sierra de sal, evidentemente se conoce que de pocos años á esta parte la mesma ermita se va levantando mas creciendo la cunbre de la sierra: y esto es cosa muy verisimil siendo tanta parte della de sal piedra, azufre y salitre. Súbese á la ermita, con que la gente de esta ciudad tiene gran deuocion, por la ladera de la sierra, haziendo muchas bueltas el camino por su mucha aspereza, el qual se muda por algunas partes á tiempos por gastarse fácilmente lo que en la peña se ua cauando, para hazer camino mas cómodo y llano. Ay, un poco trecho apartado de la sierra grande en cuya cunbre está esta ermita, un gran cerro redondo y muy alto que viene á rematarse en una punta como la de una pirámide, y todo él desde su pie hasta la punta es de blanquissima y muy pura sal, teniendo la propia figura que un monte redondo cubierto todo de nieue: está este notable collado no lexos de la ermita de Sancta Luzia, detras de unas torres viejas ya y derribadas á donde los antiguos reyes de Ormuz, después de auer cegado á sus hermanos, los tenian presos y recogidos.
Fuera de los pequeños arroyos de agua salada que se an dicho, no ay otra ninguna sino de pozos hondos, y esta casi salobre mas ó menos, y á necesidad se puede beuer aquella que se sacaren marea baxa, y quanto mas lexos estuuieren estos pozos de la sierra tanto son menos salobres. Viniendo de Nuestra Señora de la Esperanza á la ciudad está á la mitad del camino la ermita de Sancta Luzia, teniendo algunas casas alderredor en que algunos vezinos de Ormuz van á pasar los grandes calores del verano, auiendo tanbien por muchas partes de la isla cerca de la playa del mar muchas destas casas, las mas dellas de cañas, ramos y hojas de palmas, como las de Mazcate.
Entre la ciudad y la sierra, desde Sancta Luzia, comienza un llano en el qual ay muchas cisternas cubiertas con sus bouedas, de vezinos de la ciudad, las quales tienen сerradas con sus llaues, y aunque el agua es llouediza y se recoge de la que llueue cerca y alderredor de las cisternas á donde el suelo es salado como todo lo demás de la isla, asentada el agua es mucho mejor que la de los pozos que en ella ay, aunque no tal como la que se trae de la tierra firme y isla de Queyxome.
Lo demás de este llano está ocupado con sepulturas de moros, gentiles y judios, sin distinción de sitios, mezcladas las unas y las otras indiferentemente, siendo muchas dellas labradas en forma de capillas descubiertas por todas quatro partes como los humilladeros entre cristianos. Es cosa muy notable ver las muchas mugeres de estas naciones que á las tardes van á visitar estas sepulturas, sentadas alderredor dellas, de toda suerte, donzellas y casadas, muchas ó la mayor parte de las quales lleuan sus offrendas de cosas de comer en unos platillos y cazoletas pequeñas, siendo en casi todas general esta costunbre, aprendida por los moros y judios en gran parte de los gentiles como mas tenazes y observantes de su rreligion. Va tanbien mucha desta gente á visitar con particular deuoсion los entierros que se an dicho, labrados mas sumptuosamente por auer sido de algunos sanctones tenidos de los moros y gentiles en gran veneración con grande opinión de sanctidad.
Adelante luego deste sitio va continuado con él tanbien entre la sierra y la ciudad el mesmo llano, á que con particular nonbre llaman los moros Ardemira, que en lengua persiana quiere dezir canpo llano y de buena vista: en él juegan los moros que ay en casa del Rey y del Goazil á la chueca, á cauallo, jugando muchas vezes el mesmo rey entre ellos con ser uno de los mas gordos honbres del mundo. Acabase este llano cerca del mar al Oeste en el camino que se lleua al sitio de Caru, siendo esta salida muy frequentada y apazible.
Detras de la sierra, al Sur, Sudueste y Oes Sudueste, cae la otra parte de la isla contrapuesta á la que se a descripto, en la qual se conprehende el sitio de Turunbaque aunque todo este espacio es mucho mas estrecho, auiendo muy poco lugar entre la sierra y el mar, pero muy conocido, ansi por tener alli los antiguos reyes de Ormuz una casa de recreación con algunos pocos arbolillos y hasta cinquenta palmas, como por dos hondos y anchos pozos con abundancia de agua, llamados, por el sitio en que están, pozos de Turunbaque, cuya agua es la menos mala y salobre de todos los demas pozos que en tienpo de necesidad se an intentado de cauar en la isla. En la casa de recreación que se a dicho ay un estanque de agua que se hinche del agua sacada á mano de los mesmos pozos, ó de un arroyuelo muy pequeño que viene de la sierra cercana, cuya agua no es tan salada como la de los otros que corren en la contracosta y en la parte que mira al Leste y Les Nordeste, que se convierte en sal. Hallase agora esta casa muy malparada, conforme á como sus dueños an venido en diminución y en tan diferente fortuna que antes, aunque an quedado algunos aposentos en pie en que el rey de Ormuz se ua á pasar los inmensos calores del estio. Ay tanbien en Turunbaque quinze ó veinte casillas juntas que hazen forma de población, de cañizos y ramos de palmas, en que biuen algunos moros con sus familias, gente pobrissima, como tanbien ay algunas casillas destas en algunas partes de la isla, particularmente entre Nuestra Señora de la Esperanca y Sancta Luzia y entre Turunbaque y la Esperanza. Muchos vezinos de la ciudad, aunque en ella tengan buenas casas, vienen á pasar el verano á Turunbaque, acomodándose en algunas destas pobres casas de palma que fabrican para este efecto, y aunque con descomodidad pasan alli el tienpo que duran las calores con sus mugeres, hijos y esclauos, porque ya por la esperiencia que tienen de muchos años y por la inmemorial tradiсion de los moros, tienen por mas saludable el aire fuera en el canpo en aquel tienpo que en la ciudad, cosa muy contraria á las demás partes del mundo. A la sonbra de algunos arboles que aqui se hallan se agasajan, por defeto de casas y por gozar mas del aire, algunos de los dichos vezinos, haziendo atajos y recogimientos con lienzos y rama en que se acomodan con sus familias.
En el sitio de Caru, que es á la parte del Oeste junto al mar, á donde se acaba la sierra, ay tanbien algunas casas de moros, aunque menos que en Turunbaque y de la mesma pobre fábrica, demás de las quales tienen los frailes agustinos de Nuestra Señora de Gracia una casa, aunque pequeña, en que se uan á recrear algunos religiosos y en ella un muy buen estanque con algunos arboles para sonbra, demás de una gran cisterna de agua llovediza de que abundantemente tienen para beuer muchos dias y henchir el estanque.
Ase hecho mención en la discripcion de esta isla de auer en muchas partes della arboles frondosos y grandes algunos dellos, contra la opinión de todos los demas que della an hecho relación diziendo no se hallar en toda ella cosa verde, criándose tanbien en las quebradas de la sierra y por las faldas della muchas gazelas y algunas liebres.

La fortaleza, que es la defensa de aquesta ciudad de Ormuz como los portugueses publican, al principio, quando Alphonso de Albuquerque la fundó, no era mas que dos torres pequeñas que agora están después de la primera puerta y al cabo de una placeta que allí se haze, estando, como está agora, en lo grueso de la pared de la primera torre una figura de este famoso capitán armado. Después pareciendo que esta era tan estrecha plaza que no bastaua aun para muy pocos soldados, la fueron alargando dexando dentro della la fortaleza vieja, y en discurso de muchos años y en poder de diuersos capitanes se uino á acabar como agora está, que es en lo vltimo de la punta que la isla haze á la parte de Noroeste, rodeada de las dos partes del mar: la de tierra mira á la ciudad, teniendo delante una muy gran plaza de mas de quatrocientos pasos de largo y ancho. Es fuerza de muy poca plaza, con quatro baluartes á donde apenas se puede manejar la poca artilleria que tienen, y sin terrapleno. Las cortinas y baluartes son de flaquissima fábrica de piedras pequeñas y la cal amasada con el agua del mar, de manera que por muchas partes en diuersas vezes se a caido grandes pedazos de lo uno y lo otro, aunque después se a reparado, pero de la mesma fábrica que antes. El foso es muy baxo, aunque con mucha facilidad se pudiera ensanchar y ahondar, entrándole bastantemente el agua del mar, á donde llega por ambas partes. Y siendo ansi, esta fortaleza es tenida generalmente de todos los portugueses por cosa inexpunable.De los demás defectos que tiene, callando lo mucho y mas esencial que le falta, no se trata aquí por muchos respectos, y particularmente porque no parezca nota para algunos y no relación verdadera lo que aqui se escriue.

La ciudad comienza desde el fin desta gran plaza, en cuyo testero y perspectiua ay algunas casas bien labradas y con mucho ventanage, de algunos vezinos rricos, con la iglesia y casa de la Misericordia, y aunque por la mayor parte derribada y deformada, la mezquita principal de los moros, pareciendo en lo que agora muestra aver sido un grande y soberuio edificio. Quedó en pie un altissimo alcoran ó torre muy labrado por de fuera, que desde muy lexos y primero que otro ningún edificio de la ciudad dá de sí una muy hermosa vista. Derribóse esta gran mezquita de muy pocos años á esta parte, por la poca prudencia de algunos ministros, con gran dolor y mucha indignación, no solo de los moros de la ciudad, pero de todos los de la tierra firme comarcana, particularmente del mesmo rey de Persia, de que a rresultado euidentes daños á esta ciudad, con pérdida de lo que se poseia en tierra firme.
En la parte izquierda desta perspectiua de edificios, como se viene de la fortaleza, pegado [s] con la marina, están los almazenes y casa de alfandiga del Rey, comenzando desde aqui la parte de la ciudad que mira al Nordeste, Les Nordeste y Leste, y que cae sobre el mar, y retirándose la costa muy adentro de tierra haze una grande ensenada, batiendo con marea llena el mar en las casas, y con la menguante quedando el agua tan baxa que se puede entrar por ella mas de ciento y cinquenta pasos sin llegar á la rrodilla y otro tanto espacio la playa descubierta. Lo poblado es de la mejor fábrica de casas de toda la ciudad, la qual llega hasta el conuento de Nuestra Señora del Carmen, y desde aqui hazia el camino de Sancta Luzia y por donde se sale á la Ardemira y canpo de las cisternas y sepulturas que ya se a dicho, á donde ay un gran pedazo de población; pero fuera de algunas pocas casas de piedra y cal, las demás son de cañizos, hojas de palmas y barro por los pimientos, como las casas de los moros de Mazcate, hallándose aqui muchos bodegoncillos y tiendas con cosas de comer de carne, y pescado aderezado con frutas secas y verdes.
Todo el cuerpo de la сiudad, fuera este arrabal, son casas altas de á dos y tres suelos, las mas dellas de cal y piedra, con muchas ventanas, y todas ellas con celosias; pero casi todas estas casas, fuera las de los vezinos portugueses, aunque de muchos suelos y cantidad de ventanas, son de poco y estrecho aposento, y las calles tan angostas que por ninguna dellas pueden ir mas de dos honbres á la par ápie, y á cauallo uno solo. Mas tiene un bien esta angostura de calles, con ser las casas tan altas, que en el verano, cuyo rrigor es de mas de cinco meses, y con tan terribles calores, haze sonbra á todas oras á los que andan por la ciudad, aviendo tanbien por esta estrechura de calles aire fresco que uiene quebrado y mas subtil por las trauiesas mas angostas que á las calles salen.

Demás de ser las casas en general muy altas, lo parecen mas por los catauientos que tienen sobre los techos, los quales parecen pequeñas torres; la necesidad, como maestra en los defectos de la Naturaleza, buscó inuencion y arte con que poder prevalerse contra los prolixos é intolerables calores del verano, que es en el tienpo que en Europa, leuantando esta forma de edificios para recoger el viento, que aunque caliente poco ó mucho corre casi á todas oras, sin el qual fuera inposible biuir. Son los dichos catavientos abiertos por los lados á todas quatro partes, siendo de quatro lados, aunque desiguales, porque por las dos vandas son mayores que las otras dos, como las chimineas comunes de España; á estos los deuide un tabique muy delgado por su mayor largura, siendo este mas ó menos, sigun la anchura de los aposentos sobre que se hazen cada largura ó diuision de estas, correspondiendo la una á la otra, como si la una mirase al Norte y la otra al Sur; están diuididas con otros tabiques pequeños en tres ó quatro ó cinco ó mas partes, sigun es la grandeza del catauiento, dexando otras tantas diuisiones cada una de dos y tres pies en quadro, y de la largura ó altura del cataviento, que comunmente tiene dos brazas y algunos mas. El techo desta fábrica está cubierto por todas partes y muy bien cerrado con otro tabique, de manera que por todos quatro lados el cataviento está abierto y hueco, diuidido solamente con aquellos delgados y pequeños tabiques, porque por los otros dos lados angostos, correspondientes uno á otro, al contrario de los grandes, mirando á Leste y á Oeste, los deuide un solo tabique, dexando dos diuisiones ó vazios en su anchura, del tamaño y grandeza de las que están en los lados mayores, que como se a dicho, tienen dos y tres pies en quadro, pero diuididas dellas con otro tabique de por si, de manera que cada lado destos angostos no tiene mas de dos vazios ó diuisiones abiertas solamente por delante y cerradas por los tres lados, y por el techo con los dichos tabiques. Esta machina recibe el aire por la parte que está abierta, y no pudiendo salir por ninguno de los tres lados, ni por lo alto de arriba, por estar todos cerrados, es fuerza que el aire contra su mesma naturaleza busque salida, y ansí violentado corre hazia baxo por la parte inferior del catauiento que está vazia y sin suelo, hasta llegar al aposento para que se a fabricado. Descienden ordinariamente los catavientos arrimados á la pared del aposento por donde él es mas estrecho, dexando dos ordenes de los agugeros grandes de dos ó tres pies en quadro, como se a dicho, teniendo á tres y quatro y cinco agugeros cada orden, diuididos unos de otros con sus tabiques hasta la mitad de la altura de la pared, y quanto el cataviento viene de mas alto, teniendo el aposento á donde va á dar otros aposentos sobre si, tanto mas fresco baxa por él el aire, aunque corra fuera muy caliente, sigun es mayor la distancia por donde baxa, y es cosa notable ver y sentir que por muy poco viento que haga se siente luego en el aposento que tiene este rreparo, alentando y respirando los que en él están con la tenplanza con que viene, sin el qual remedio no parege posible que se biuiese en Ormuz.

Pero aunque de dia basta, aunque con gran dificultad, para pasar el gran calor de noche después de mediado Mayo hasta fin de Septienbre ó principio de Octubre es forzoso luego en poniéndose el sol subirse todos á dormir en los terrados, no teniendo por esta causa tejados sobre las casas. Y esto es tan general en todos que no queda abaxo en los aposentos dellas ni una sola persona ni perro ni gato ni otra cosa biua, porque ellos son los que primero se suben arriba, baxandose todos después de salido el sol. Los pertrechos que en los terrados tienen para pasar tan largo estio parece[n] otra nueua población, leuantando sobre madera delgada lugar mas alto en que hazer las camas, con reparos alderredor dellas de cañizos y ramas de palmas para no ser vistos de los otros terrados cercanos, pero que no inpiden el aire, quedando en forma de celosias, pero á vista de toda la familia, por dormir muy juntos, estando honbres y mugeres desnudos, sin poder sufrir mas que las camisas algunos; los demás, particularmente los nacidos y criados en Ormuz, sin cosa alguna encima. Todas las casas tienen pasadizos de unas á otras desde los terrados, y auiendo por esta causa tanta comodidad y aparejo para cometerse hurtos y otros insultos, mayormente entre gente de diferentes naciones, no sucede ansi, antes como cerimonia de obseruada religión guardan comunmente entre sí toda buena vezindad y correspondencia.

(García de Silva y Figueroa "Comentarios", Tomo I, Libro III, Capítulo II, pp. 250 – 261)

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